9 dic 2009

Documentación (I) Ciencia vs. Pseudociencia

3.- DOCUMENTACIÓN:

3.1.- Ciencia vs. Pseudociencias.

3.1.1.- Algunas características básicas de la Ciencia.

La ciencia es además de una actividad su propio resultado y producto. Como actividad abarca la creación de cierto tipo de conocimiento y comprende su reconocimiento y aceptación como tal por instancias especializadas. Como producto o resultado se compone de todos aquellos conocimientos básicos y aplicados de las distintas disciplinas científicas.[1] Por lo tanto, la propia definición de ciencia remarca el carácter dual del término. Por un lado, ciencia es todo el conjunto de actividades de investigación dentro de cada disciplina y por otro ciencia también es el resultado de la realización de estas actividades. La ciencia es el proceso, el desarrollo de la investigación y su resultado.

No hay una única ciencia. Las actividades científicas se dividen en tres grupos principales: Las Ciencias Formales, que estudian estructuras ideales de la mente y no precisan de observación exterior (matemáticas y lógica); Las Ciencias Naturales, que estudian a los seres u objetos de la naturaleza (Biología, geología, física, química, astronomía, zoología, biología, botánica, medicina, etc.); y las Ciencias Sociales, que se encargan de analizar el comportamiento grupal de los seres humanos a lo largo de la historia, o del territorio (Historia, geografía, economía, sociología, etc.) La psicología estaría a medio camino entre las ciencias sociales y las ciencias naturales.

La ciencia siempre es provisional y está sujeta a posteriores correcciones y revisiones. Una teoría científica siempre es susceptible a posteriores correcciones, debido a que es imposible saberlo todo de algo. Pero esto no quiere decir que todas las teorías sean sustituidas por otras, sino que en la mayoría de los casos, las nuevas observaciones y teorías suelen acoger las anteriores si estas no son erróneas, y complementarlas. Así por ejemplo, la teoría de la Relatividad de Einstein no sustituye a la Ley de Gravitación Universal de Newton, sino que completa el mecanismo y una funciona bajo unas circunstancias y otra lo hace bajo otros parámetros diferentes.

La ciencia se define, más que por su contenido o resultados, por su método. Los métodos[2] usados por la ciencia son tres:

- Método Inductivo: Partiendo de casos individuales se busca extraer conclusiones generales. Sus pasos son: 1) Observación y registro de hechos, en variedad de condiciones, y han de ser reproductibles. 2) Comparación y clasificación de los eventos para llegar a generalizaciones, que serán consideradas leyes. 3) extracción de consecuencias y predicciones.

- Método Deductivo: En este tipo de inferencia es contradictorio afirmar las premisas y al mismo tiempo negar sus conclusiones.

- Método Hipotético-deductivo. Fusiona las características de los dos anteriores. 1) A partir de hechos de la naturaleza se plantean problemas. 2) para intentar solucionar los problemas se formulan hipótesis. 3) de ellas se deducen consecuencias o predicciones empíricas. 4) Contrastación de las hipótesis por compatibilidad con teorías aceptadas y de sus consecuencias observables por comparación con la realidad. 5) si el resultado de la Contrastación es satisfactorio, la hipótesis resulta confirmada provisionalmente, y se incorpora a una teoría capaz de explicar el problema planteado. Una manera útil para seleccionar entre varias hipótesis o teorías que describen correctamente un problema y hacen las mismas predicciones es la navaja de Ockham o principio de parsimonia: han de eliminarse los conceptos superfluos y entre dos teorías que den cuenta del mismo fenómeno debe preferirse la más simple. Este proceso se repite hasta finalizar con la elaboración de un modelo satisfactorio, pero siempre provisional.

3.1.2.- El papel del divulgador científico:

La divulgación científica consiste en la interpretación y popularización del conocimiento científico entre el público general sin apegarse a ámbitos académicos específicos. La divulgación científica puede referirse a descubrimientos científicos del momento, como la labor del LHC de Suiza y el Bosón de Higgs, de teorías bien establecidas como la teoría de la Evolución, o a campos enteros del conocimiento científico como la Astrofísica o la biología. Algunos divulgadores científicos importantes son Carl Sagan, Isaac Asimov, James D. Watson, Martin Gardner o Eduard Punset.

- Carl Sagan: Visionario de personalidad emblemática, dedicó toda su vida a acercar la ciencia al gran público mostrándola como una manera de pensar y descubrir el mundo: desde las partículas elementales a los organismos vivos, la comunidad de seres humanos y el universo contemplado en toda su globalidad. Su obra documental Cosmos: Un viaje personal exploraba el universo y difundía la historia de la astronomía, de la ciencia y el origen de la vida. Conciencia sobre el lugar que nos corresponde como especie y el lugar que ocupa nuestro planeta en el universo.

...Después de todo, cuando estás enamorado, quieres contarlo a todo el mundo. Por eso, la idea de que los científicos no hablen al público de la ciencia me parece aberrante.

Carl Sagan.

“Somos el medio para que el Cosmos se conozca a sí mismo[3]

Carl Sagan

3.1.3.- Algunas características básicas de las Pseudociencias:

Se puede denominar pseudociencia a todo un conjunto de creencias populares no científicas pero que reclaman dicho carácter. El término tiene carácter peyorativo, ya que Pseudo viene del griego y equivale a Falso, y la utilización del término Pseudociencia admite abiertamente que se trata de una falsa ciencia. En general, en medida que pueda aplicarse el método científico se exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas, mientras que a las afirmaciones pseudocientíficas no será posible aplicarles sistemas de refutación (por tratarse en su mayoría de afirmaciones ambiguas) o bien sus partidarios protegerán la teoría (Con hipótesis formuladas ad hoc o a posteriori) Algunas características son:

- No tienen consistencia interna ni externa. Soportan contradicciones lógicas y no se integran con otras ciencias.

- Son dogmáticas. Sus principios están planteados de tal manera que no admiten refutación, a diferencia de las ciencias.

- Proclaman teorías para las que no aportan pruebas empíricas, ya que estas contradecirían abiertamente las observaciones.

- No reconocen la necesidad de ofrecer alternativas mejores para la explicación de fenómenos, e invalidan teorías aceptadas científicamente.

- Son inmutables, al no tener bases experimentales no cambian, incluso ante nuevos descubrimientos.

- Utilizan un lenguaje confuso, emplean terminología científica pero con otro sentido.

- No cumplen la estrategia de la navaja de Ockham o principio de parsimonia.

- No buscan leyes generales.

- Descalifican las críticas por parte de las ciencias utilizando falacias Ad Hominem, aduciendo conspiraciones o proclamando ser objeto de persecuciones.

- Invocan seres inmateriales o sobrenaturales, como la energía vital, la creación divina, etc.

- Carecen de autocrítica.

- Proclaman y exigen que se reconozca el carácter de ciencia, pero sólo ante el público general, renunciando a poner a prueba sus experimentaciones ante la comunidad científica.

3.1.4.- Algunas pseudociencias:

- Astrología: Creencia en una relación causal entre la posición relativa de los cuerpos celestes y la personalidad y futuro de las personas. Sus bases como ciencia están refutadas desde el renacimiento.

- Cerealogía: Es el estudio de los dibujos que aparecen en campos de cultivo, supuestamente creados por extraterrestres, aunque sin evidencias empíricas.

- Criptozoología: Es el estudio de animales mitológicos no reconocidos como reales por la ciencia. No cumple con el método científico ya que no se basa en mediciones u observaciones directas para basar sus conclusiones, sino en tradiciones orales, leyendas y testimonios.

- Dianética: la ciencia de la cienciología. L. Ron Hubbard (creador de la cienciología) afirma que la dianética es una ciencia y que su sistema, basado en la localización y eliminación de engramas permite la curación de toda clase de convulsiones, o enfermedades, incluidos el cáncer y la leucemia.

- Homeopatía: Residuo pseudocientífico de la era de la Alquimia. Sus resultados pueden explicarse mediante el efecto placebo. Esta teoría asume que el agua de algún modo recuerda las propiedades químicas de las moléculas que alguna vez estuvieron en contacto con ella.

- Parapsicología: Sostienen la existecia de fenómenos como la telepatía, la videncia y la telekinesia. Se atribuyen esos supuestos hechos a la percepción extrasensorial y a otras capacidades supra-normales que no pretende explicar.

- Piramidología: es una creencia que afirma que los objetos piramidales con base cuadrada pueden provocar fenómenos tales como mantener los alimentos frescos o mantener las cuchillas afiladas.

- Ufología: Es el estudio de los objetos voladores no identificados (OVNI) e incluye la creencia de que los OVNI son la evidencia de visitantes extraterrestres.

“Las pseudociencias son como las pesadillas: se desvanecen cuando se las examina a la luz de la ciencia. Pero mientras tanto infectan la cultura y algunas de ellas son de gran provecho pecuniario para sus cultores. Por ejemplo, un psicoanalista latinoamericano puede ganar en un día lo que su compatriota científico gana en un mes. Lo que refuta el refrán "no es oro todo lo que reluce"[4].

Mario Bunge.

3.1.3.- Charlatanes, Iluminados/Contactados y vendedores del Misterio. ¿Cómo Actúan?

Los que profesan cualquier tipo de pseudociencia, los que la divulgan y otorgan garantía de ciencia son conocidos por la comunidad científica como charlatanes. Suelen apelar a la autoridad (Santas escrituras, documentos de inspiración divina, etc.) Recurren a sustancias y mecanismos secretos que no pueden revelar al resto de la humanidad. Su doctrina debe ser creída primero y comprobada después. Los charlatanes existen porque las editoriales que publican sus libros les adoran (adoran los beneficios que les otorgan) y los practicantes realizan numerosas conferencias cobrando[5]. Los charlatanes ofrecen respuestas sencillas y positivas. Las creencias que promulgan carecen de condiciones, objeciones, porcentajes, probabilidades, estadísticas… Su verdad es categórica al 100%. No promueven el pensamiento crítico, y sus seguidores buscan el 100% de fiabilidad en sus proposiciones. Un ejemplo de charlatanería es el de L. Ron Hubbard, un escritor de ciencia ficción que fundo la iglesia de la Cienciología, que actualmente posee millones de adeptos. Hubbard fue capaz de convencer a millones de personas que la Dianéctica (una pseudociencia inventada por él y que se basa en la eliminación de engramas o heridas del alma – zhezhan, en cienciología- con el fin de curar cualquier tipo de enfermedad) era una verdadera ciencia y que las almas de millones de seres extraterrestres sometidos por un ente malvado llamado Xenu fueron soltados en volcanes de Hawai y posteriormente sus cerebros fueron lavados para que creyeran en otras religiones y así pudieran esconderse en los cuerpos de los humanos. Para obtener este conocimiento los adeptos a la cienciología han de pagar enormes cantidades de dinero o ofrecer su trabajo no remunerado a la iglesia. La iglesia de la Cienciología fue demandada en 2008 por un tribunal francés que la acusa de ser una banda de estafa organizada.[6]

Los iluminados o contactados son una variedad de charlatanes que predican abiertamente poseer poderes sobrenaturales que van desde doblar metales, estar en contacto con seres superiores o espíritus fallecidos o haber sido abducidos o contactados por seres extraterrestres. Normalmente este tipo de charlatanes dedica su vida a ofrecer sus servicios (limpiar auras, hacer sesiones de espiritismo, leer el Tarot, recomendar medicamentos homeopáticos, etc.) a cambio de “donativos” o fama. Son capaces de convencer al público de que sus poderes son reales, utilizando métodos de predicción vagos en los que son los espectadores los que dan toda la información. Sus predicciones suelen ser generalidades con las que cualquiera puede identificarse. Algunos ejemplos de Iluminados son Uri Geller capaz de doblar cucharas con el poder de su mente (fue desenmascarado por James Randi) el curandero Peter Poppof o el mentalista Patrick Jane.

Los vendedores de misterio son quizá el grupo más peligroso debido a que sus continuas apariciones en espacios televisivos y de radio hacen que sus afirmaciones lleguen a un gran número de personas. Suelen enmascarar sus teorías de periodismo amarillista. Son periodistas de lo oculto o científicos reconvertidos. Tienen una relación especial con sus seguidores, como de complicidad, y cuando se les critica no dudan de tachar a los escépticos de represores. Emplean la falacia de Galileo para justificar sus descabelladas hipótesis, como a Galileo le persiguió la iglesia, y tuvo que decir que lo que había observado era falso para que no le mataran, pero luego se supo que era verdadero, ellos atribuyen al ámbito científico la característica de represión. Suelen argüir ser perseguidos por revelar secretos que cambiarían la humanidad y son defensores de teorías conspiranoicas (conspiranoias = conspiración + paranoia) como que el hombre nunca ha estado en la luna, o que paradójicamente cuando estuvo se encontró con restos de otra civilización, o que las torres gemelas fueron un autoataque estadounidense, o que las estelas que dejan los aviones son un complicado sistema de control de la sociedad, o que se está preparando una base marciana para salvar a la jet-set humana de la hecatombe medioambiental, o que el mundo se va a acabar en el 2012… etc. Disfrazan su discurso de periodismo “a la antigua usanza”, tienen una gran puesta en escena, con platós de televisión simulando rancias bibliotecas o naves espaciales. No les interesa descubrir las verdaderas razones de los misterios que presentan, ya que si dijeran la verdad o investigaran correctamente los casos los misterios se acabarían y su trabajo también. Venden muchos libros y proporcionan a las cadenas y editoriales cuantiosos beneficios económicos. Algunos ejemplos de vendedores de misterios conocidos son Erik von Daniken, quien presentó supuestos misterios históricos como evidencias de que los extraterrestres nos visitaban, y que además creó un parque de atracciones de los misterios del mundo que tuvo que cerrar por falta de visitantes. O JJ. Benítez, escritor del Caballo de Troya y defensor acérrimo de las visitas extraterrestres a la Tierra. Fernando Jiménez del Oso, presentador y editor de numerosos espacios y revistas esotéricas que aseguró que estaba en contacto con unos seres del planeta “Ummo” y cuyos espacios televisivos estaban plagados de manipulaciones y engaños. O el último heredero de toda esta parafernalia autodenominada “Periodismo del Misterio” Iker Jiménez Elizari.

- Iker Jiménez es director del espacio radiofónico Milenio 3 en la cadena SER y del televisivo Cuarto Milenio en Cuatro. Ha trabajado en numerosas revistas esotéricas como Mas Allá. El se define como un investigador escéptico que busca la verdad más allá de las versiones de “la ciencia oficial” pero en la realidad Iker ataca a los científicos o escépticos que le critican tachándolos de represores e incluso de fascistas[7]. Jiménez ha cometido numerosos “errores” (entre comillas porque no son errores son engaños bien fundamentados) como el caso del Astronauta Fantasma. Iker Jiménez presentó una exposición en la que Joan Fontcuberta había inventado un personaje y una falsa institución como un caso real. Se trata de su proyecto Sputnik, en el que Fontcuberta dio vida a una institución para recuperar la memoria histórica rusa tras la caída del Telón de Acero en el que un astronauta Iván Stochnikov fue muerto en misión espacial y sus datos fueron borrados de la memoria colectiva rusa para así no tener que aceptar tal fracaso ante los americanos. Fontcuberta creó todo un fichero de datos falsos, documentos de identidad y fotografías con las que dotó de cierta credibilidad al proyecto. Claro que con sólo poner el nombre del astronauta en Google se podía haber clarificado que era una exposición del artista, sin embargo, Iker Jiménez prefirió mostrarla en su programa Cuarto Milenio como un misterio real, entre muchos fraudes que ha presentado en su programa como auténticos.

Lo que diferencia a la ciencia de las pseudociencias es, como hemos visto su carácter metodológico, mientras que éstas se basan en experiencias observacionales y reproductibles, aquéllas se basan en casos aislados y en leyendas populares. Los principios de la ciencia se resumen en teorías y pueden ser sustituidos por otras teorías porque la ciencia no es inmutable, crece y se desarrolla día a día, mientras que los principios de las pseudociencias o creencias basadas en fe son inmutables, únicos e inamovibles. Los que se encargan de acercar la ciencia al gran público lo hacen de manera apasionada, compartiendo en la mayoría de los casos las maravillas del saber y del conocimiento del mundo y del cosmos, sin disfrazar la verdad y sin ocultar que hay cosas desconocidas (pero que no por ello han de ser sobrenaturales), mientras que los misteriólogos propician el pensamiento supersticioso y mágico imprimiendo un aura de misterio a todo lo que anuncian, y no sienten ningún escrúpulo a la hora de vender fraudes como verdades. Reclaman la misma credibilidad y autoridad que los divulgadores científicos desde sus espacios en los medios de comunicación y dicen sentirse oprimidos por sus críticos. Tachan a la ciencia de “ciencia oficial” como si de una conspiración se tratara para poner al público de su parte y sus seguidores les defienden contra las críticas razonables.



[1] Sociedad, Ciencia y Pseudociencia. Teresa González de la Fe. Ciencia y Pseudociencias: realidades y mitos. 2004. Ed. Equipo Sirius.

[2] Y eso de la Ciencia… ¿Qué es? Inés Rodríguez Hidalgo. Ciencia y Pseudociencias: realidades y Mitos. 2004. Ed. Equipo Sirius.

[3] Carl Sagan. Cosmos: un viaje personal.

[4] ¿Qué son las pseudociencias? Mario Bunge. Diario la Nación, 19 de Febrero de 2001.

[5] Ciencia y pseudociencia. James Randi. En Terzian, Yervant y Bilson. El universo de Carl Sagan. Pp 212 y ss. España: Cambridge.

[7] Iker Jiménez en su programa Milenio 3 especial “Alerta OVNI” en 2004 llamó fascistas a los que criticaron esta iniciativa, que era básicamente subir a un monte a ver Ovnis.

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